lunes, 9 de junio de 2014

Saltar al vacío...



Jamás pensé que en mi vida se cruzaría la posibilidad de saltar desde un puente una vez más. 

Ya hace años mientras cursaba en el instituto, en una excursión me enfrenté a esa posibilidad. Y la descarté de una. Ufff!! ninguna gana me dio de experimentar.

Pues caprichos de la vida... a querido darme una segunda oportunidad para enfrentar mis miedos.

Pilar directora de la empresa RDF (Ropa Deportiva Fasion) me invito como modelo de sus prendas a un evento que ella misma organizó este pasado fin de semana. Y nada más y nada menos que la invitación consistía en tirarte de un puente. jajjaja!! madre mía!!!

No lo pensé mucho y le dije que sí!

Allí nos ves a todos preparándolo todo para que estuviera listo para los saltos.

Risas flojas, nervios y curiosidad según se iba terminando de preparar el escenario.

Pero... no es hasta el momento de cruzar la barandilla cuando no sientes el miedo.


Increíble las sensaciones que se despiertan. Miedo a lanzarte al vacío, miedo a poner tu vida en peligro, miedo a soltarte, miedo a lo desconocido... Miedos encontrados con las ganas de vivir la experiencia. De saltar y dejarte llevar por lo que tenga que ser...

En mi caso no pude soltar las manos si ayuda del instructor. Fue él el que se encargo de darme el último empujón. En mi caso acordado y necesario.

Miedo en estado puro es lo que sentí antes de tirarme, perdida de la noción del tiempo mientras caía y euforia una vez de que la cuerda se tensa y sientes el freno de la propia inercia del salto.

Una mezcla de sensaciones que se viven en muy poco tiempo, pero que sin duda alguna merecen la pena. Vivir y experimentar.

La libertad que se siente después de haberlo logrado es indescriptible. 

Es una sensación de orgullo por haberlo conseguido, de felicidad por haber sentido el logro y el apoyo de todos los que allí estaban. 

Se que muchos ni os lo planteáis pero hoy después de saltar pienso... que es una de las cosas que por lo menos hay que hacer en la vida.

Te hace sentirte más vivo que nunca y en mi caso ha significado un antes y un después. Creo que a todos los que lo hacíamos por primera vez, no nos ha dejado indiferentes.

Sin duda algo cambia, sientes la fuerza que tienes, el valor que te empuja a lograrlo, el poder de decisión, la lucha frente a lo difícil, la superación por conseguirlo... son tantas cosas positivas... 

Cuando das ese paso y te enfrentas al MIEDO, saboreas el resultado que hay al otro lado de la incertidumbre.

En el día a día nos sucede lo mismo y en ocasiones abandonamos sin dar ese pequeño impulso que marcará la diferencia.

No necesitas hacer puenting para sentir el MIEDO y darte cuenta de que se puede superar.

La vida nos pone cada día retos que activan estas misma situaciones, ya sea en el trabajo o en nuestras relaciones personales están plagadas de MIEDOS que superar.

Cuando lo sientas, acepta que es el momento de hacer las cosas de manera distinta y no abandonar. Levanta el pecho al cielo y da un paso al frente con valor.

No hay nada mejor que lo que te espera, al otro lado del miedo...

CONFÍA... y enfréntate a lo que te hará crecer... esto te permitirá vivir en dirección a tus sueños...

Te lo digo por experiencia!

www.sp-sandrapino.com


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